domingo, 30 de enero de 2011

Mujer Lamia viviéndose en su muerte

Lamia, de Herbert James Draper.



Enterrada entre muertes subterráneas
en túmulos secretos bajo tierra
en cuevas excavadas desde adentro
en nacimiento y muerte reincidentes
en su profundidad y en sus misterios.

Cada cueva una entrada a los infiernos,
cada gruta un vientre que genera
en el saber del mundo de los muertos
el renacer en muerte iniciática
en esta Madre Tierra tan oscura.

Suma sacerdotisa concebida
del vientre de una madre y de su pecho
la Lamia alimentándose de muerte
sacrílega de Lilith con calor
que asciende desde el centro de la tierra.

Y en su mano su espejo de la noche
de la mano de espejos de la luna
reflejando leyendas femeninas
de mundos mitológicos y mágicos
de imagen del pasado apareciendo
en visión en futuro adivinada.

Y en su mano su peine como un barco,
el peine con que peina su melena,
su mano como un barco en sus cabellos
surcados, penetrados por los remos,
cabellos como agua en superficies
de la laguna Estigia que está llena
de colas descarnadas de los peces,
de raspas de los peces, de esqueletos,
de huesos de los huesos que no han muerto
de púas de los peines de la vida
en peines y en espejos de la muerte,
en peines y en espejos y en espinas
de un tiempo de traspaso por la vida
del tiempo sin el tiempo sin la muerte
viviendo y muriendo en muerte viva,
muriendo y viviendo en viva muerte…

viernes, 21 de enero de 2011

Mujer Aglaya en luz desconocida



Norah Borges: Las tres Gracias de la música.

Entre las tres mujeres, la más joven
naciendo y renaciendo conectando
sinapsis en cerebro en sintonías
de inteligencias múltiples diversas
de intelecto sutil y de intuición.

Mujer mujer que surge entre tres Gracias,
tres Cárites espléndidas divinas,
Aglaya, la mujer de luz en luz
luciendo con el Sol resplandeciente,
plateada por el pleno de la Luna.

Se olvida de la luz que se trasluce
en antiguas vidrieras sin trasluz,
las vidrieras por las que traspasaban
las luces transformando las atmósferas
de tamizada luz hipnotizante.

Nueva iluminación que en las mujeres
ya ha cruzado los límites cerrados, 
de muros, de bloqueos, de barrreras
que impiden a la luz cruzar umbrales
de entrada y de salida de la luz.

Nueva vitalidad que se ha avivado
en climas en silencios generosos,
en climas en silencios interiores,
silencios en lenguajes renovados
de la profanación de lo que encierra.

En su seno fecundo alimenticio
la vida que da vida dando a luz,
savia nueva de nuevos nacimientos,
savia nueva de nuevas plantaciones,
nueva savia que corre bajo tierra,
nueva savia que fluye sobre ríos,
nueva savia regando entre jardines
las plantas y las flores y las ramas
de claras transparencias de la luz 
que estalla entre los brotes y los frutos
con inmensa riqueza de matices
con dimensión profunda de raíz,
con dimensión profunda de existencia
que mira hacia adelante tenazmente,
que otea la utopía en horizontes
traslúcidos en niebla adivinados
sin medidas sin tiempos sin verdades,
caminos interiores y exteriores
a través de constante creación...


jueves, 13 de enero de 2011

Mujer Hécate en vida o en muerte


Hécate, por William Blake, 1795.



Hechicera de aspecto triplicado,
diosa triple, mujer de las tres caras,
sostienes una antorcha, una llave
sostienes asimismo la serpiente
del poder de serpiente del saber.


Hécate de las tierras más salvajes,
más vírgenes sin huella inexploradas,
diosa de las tres máscaras de diosa,
tres miradas mirando tres caminos
en las encrucijadas en los trivios.


La diosa de los partos de la vida
penetras sin temor en cementerios,
proteges las entradas, las salidas,
no temes ni los bosques ni fronteras, 
ni murallas ni puertas de ciudades.


Reinas entre las brujas con tu rueda
strophalos, serpiente en laberinto 
de espiral, laberinto serpentino
de oráculos caldeo-alejandrinos
proféticos azares de saberes.


Mujer que con tu vida ya has vivido
los años que te quedan por vivir,
mujer de la experiencia de los años
de vida de la muerte de la vida,
de vida de la vida que da vida,
tus senos productores que amamantan,
tus senos productores de la vida,
tu vida y el secreto de la vida,
tu vida en el secreto de tu vida,
tus llamas que se encienden a sí mismas,
tus llamas transformándose en materia
de existencia mortal, materia humana
materia a que das vida y alimentas,
materia tan efímera en fin,
abono de tus árboles plantados,
abono del ciprés, del avellano,
del cedro y del sauce y del tejo,
el tejo que se asocia con la muerte
del tejo en un sinfín renacimiento
de semillas sembradas de venenos
que usas como especia en tu poción
de ajos, de almendras, de tomillo,
de lavanda, de mirra, de artemisia,
de cardamomo, diente de león,
de menta, celidonia, milenrama,
de bayas carnosas de semillas
del tejo que rodean sus semillas
más rojas sin venenos curativas
que pueden provocar saber o muerte,
que pueden provocar saber o muerte
igual que los remedios de tus pócimas,
varios alucinógenos brebajes
de opio, de belladona, de cicuta,
mandrágora, acónito, hecatéis,
brebajes en tus pócimas brebajes
de diversos estados de consciencia
que pueden provocar saber o muerte,
que pueden provocar saber o muerte...

domingo, 9 de enero de 2011

Mujeres con contacto con las hadas

Nils Blommér: Baile de las hadas, 1850.

Los reinos de Áes Sídhe en las canciones
en enclaves en los círculos concéntricos
de hadas semidivinas que conviven
por límites sin tiempos sin espacios.


Según tales leyendas más antiguas
se puede provocar contacto etéreo
con las hadas aéreas en visiones
más allá del común de nuestro alcance.



Hadas con conexión con las deidades,

sin ser diosas ni madres de otras diosas,
son hermanas y amigas de mujeres
humanas, más humanas, más humanas...

Aquello que las hace tan distintas,
aquello que las hace diferentes,
son palabras, son plantas, son aromas
traspuestos por encanto en su presencia.

Las hadas de los sitios encantados
son seres protectores de los mitos
de la naturaleza, de la vida
que nace y crece en la imaginación
que crea con tal fuerza de existencia,
que crea con tal fuerza de eclosión,
que crea y que recrea en esta vida
parajes en conjuros de paisajes,
paisajes en la mente concebidos
de sueños que se sueñan y se sueñan
sintiéndose viviéndose virtuales
posibles imposibles realizados
en posibilidad en lo virtual,
imágenes de sueños extraídas
de la humilde extracción de la belleza,
sintiéndose en el soplo de los aires,
los aires conmovidos por los vuelos,
los aires removidos por las alas
de roces de las alas de latidos
en sílabas en voces pronunciadas
en sílabas en voces de mujer,
en voces de mujer, las mismas voces
de hadas de los sueños e ilusiones
en sueños que se sueñan y se sueñan,
en sueños que se sueñan sin renuncias,
en sueños bien capaces de cambiar
los cotos del estado de las cosas,
los cotos del estado de las mentes
que niegan estructuras sin contornos,
que niegan estructuras sin matices,
que afirman su figura en hologramas,
que afirman su figura sueño a sueño
y se afirman y se afirman y se afirman
virtules realizados tan reales…


Dedicado a las hadas de los blogs

miércoles, 5 de enero de 2011

Mujer Nicte al principio de los tiempos

La Nuit de William-Adolphe Bouguereau (1883).


Nix, Nyx, Nicte, la diosa primordial,
la noche celestial que se hace Caos,
la noche primigenia en un poema
de Orfeo de figuras de las letras
de cavernas oscuras de Adyton.


La noche de los fuegos de los sueños
nocturnos en oráculos proféticos
donde Crono se queda encadenado,
dormido y borracho de la miel
de sueños y promesas más órficas.

Y a la entrada en la cueva Adrastea
tañe címbalos, toca el tympanon
y bailando acuna el universo 
en órbitas en astros en estrellas
en trance en una danza eufórica
al ritmo del encanto de una voz,
la voz de Nyx, su dulce voz vibrante
vibrando en su canción y en su música
su música hipnótica sedante
que tiñe el escenario en la memoria,
memoria de sopores color sepia
en sueños, en deseos, en fulgores
de chispazos de luz de fuegos fatuos
en medio de la muerte y de la vida,
en medio de la vida y de la muerte
más viva en la tierra de los sueños,
los sueños que se viven en la sangre
de sueños de los vasos de las venas,
los sueños rebrotando a borbotones
tan reales, tan patentes, tan vitales,
los sueños que se llenan de los sueños
de sueños que se llenan de emociones,
los sueños que se sueñan y se sueñan
creciendo ensoñación a ensoñación...