viernes, 21 de enero de 2011

Mujer Aglaya en luz desconocida



Norah Borges: Las tres Gracias de la música.

Entre las tres mujeres, la más joven
naciendo y renaciendo conectando
sinapsis en cerebro en sintonías
de inteligencias múltiples diversas
de intelecto sutil y de intuición.

Mujer mujer que surge entre tres Gracias,
tres Cárites espléndidas divinas,
Aglaya, la mujer de luz en luz
luciendo con el Sol resplandeciente,
plateada por el pleno de la Luna.

Se olvida de la luz que se trasluce
en antiguas vidrieras sin trasluz,
las vidrieras por las que traspasaban
las luces transformando las atmósferas
de tamizada luz hipnotizante.

Nueva iluminación que en las mujeres
ya ha cruzado los límites cerrados, 
de muros, de bloqueos, de barrreras
que impiden a la luz cruzar umbrales
de entrada y de salida de la luz.

Nueva vitalidad que se ha avivado
en climas en silencios generosos,
en climas en silencios interiores,
silencios en lenguajes renovados
de la profanación de lo que encierra.

En su seno fecundo alimenticio
la vida que da vida dando a luz,
savia nueva de nuevos nacimientos,
savia nueva de nuevas plantaciones,
nueva savia que corre bajo tierra,
nueva savia que fluye sobre ríos,
nueva savia regando entre jardines
las plantas y las flores y las ramas
de claras transparencias de la luz 
que estalla entre los brotes y los frutos
con inmensa riqueza de matices
con dimensión profunda de raíz,
con dimensión profunda de existencia
que mira hacia adelante tenazmente,
que otea la utopía en horizontes
traslúcidos en niebla adivinados
sin medidas sin tiempos sin verdades,
caminos interiores y exteriores
a través de constante creación...


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Enric, me ha parecido un poema muy optimista presagio de la primavera.

Un placer leerte,

Noite de luNa dijo...

Es como un himno a la alegría y al calor, enric.
Es precioso y cálido.

silvia zappia dijo...

inteligentes
creativas mujeres
savia nueva
en los bosques

(y me encantó la imagen que pusiste de Norah Borges)

un beso*

Isabel dijo...

A mí me parece que traspasas ese conocimiento antiguo y renovado de esos caminos interiores que a veces sentimos que circulan.

Y está claro que tú los iluminas.

Abrazos