http://cristinaaced.com/blog/2012/03/02/los-codigos-qr-como-herramienta-de-comunicacion/
Y aquel príncipe intrépido propone
saltar y recoger aquel juguete.
Los ojos (ya nublados) de la joven
actúan resposables y prohíben
al niño enfrascarse en tal tropel.
Protesta aquel pequeño, y proclama
partir para el rescate de la pieza.
Una AlbA resignada a perder
un sueño atesorado en un mensaje
desestima una opción de tanto riesgo.
Entonces, desde al lado, justo al lado
del trono improvisado de aquel rey
que juega a actuar porque es su sino,
un ciego que lo mira, que lo escucha,
un ciego ha decidido tomar cartas.
Un ciego que lo ve, reincidiendo,
decide intervenir para dar luz;
decide iluminar aquella escena
y entonces añadirse a aquella baza
del riesgo desafiante y que provoca.
¡Detente, caballero, enfrentemos
la suerte que el destino nos depare!
Venid, acompañadme, acudid
conmigo hasta este poste de señales
de humo que hay en medio de este campo.
Prendamos el botón del encendido,
hablemos a través de este canal,
mandemos un mensaje de palabras
perdidas por un hueco escondido
desde el cual nos respondan y den turno.
Parece ser que AlbA, confortada,
está empezando a ver una salida.
Es ella quien da el paso, quien relata
este acontecimiento fortuito
que nos lleva a invocar que nos ayuden.
Contemplo silencioso y admirado
al lado de aquel rey, enardecido,
como su voz deshace este entuerto...
(continuará...)
Para leer la historia al completo
volver en este blog hasta la entrada
anterior