lunes, 6 de abril de 2015

Estela de sirena...

Foto: Àngel S. Martínez


XXXI


…Y se volvió a dar lo inesperado:


Las plantas de los pies sobre la arena,
las plantas de los pies del pescador,
las plantas de los pies,
la arena de las plantas de los pies
de arena en coordenadas cenitales
de cénit y nadir,
en zenith y azimut y en nathir,
en zenith y en nathir y en horizonte,
en zenith y en nathir horizontal…


La mar, la luz, la sombra, Sol y Luna,
las luces de la luz,
y en espejos del agua, Sol y Luna,
las luces de la mar,
y el color del cristal de las estrellas,
las luces del cristal
y el halo de la sal de la sirena,
las luces de la sal,
las luces de sirena de la sal…


Y entonces un camino va creciendo
desde adentro hacia afuera hacia la orilla,
desde adentro hacia afuera,
un camino de sal que está incitando
a dar un simple paso al pescador,
a que adelante un paso,
a cruzar el umbral, a andar la estela,
la estela de la sal de la sirena,
la estela de sirena de la sal…


Y entonces del camino y de las olas
la mar retorna entero aquel cristal,
aquella caracola de colores,
aquella caracola en abanico,
aquel trozo de estrella hasta la orilla.
¿Destino que se abre y que se cierra?
¿Destino en los cristales de la sal?
¿La sal iluminando aquel camino?
¿La sal iluminando aquel destino?...


Recoge aquel cristal el pescador
y en su mano aquel sueño, o esta estrella,
esta estrella de sal sobre la estela
de sal de la sirena de la sal.
Recoge aquel cristal el pescador
y en su mente este sueño, este cristal,
este espejo de sal, este camino
que anduvo, que ha andado su mirada
mirando la sirena de la sal…


Y en su mano un cristal el pescador
y un sueño, un cristal o una estrella.

Y en su mente un cristal el pescador,
y un sueño, un cristal o una estrella…

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