Partimos siempre de algún punto, de algún espacio, desde el que nos lanzamos a vivir. Se trata de un acto iniciático más o menos consciente, un ejercicio de voluntad, de decisión, de reafirmación de las ganas de reemprender la vida...
Gracias Enric por el detalle. Muy buena la paradoja.
En el fondo, el espejo es un objeto que nos sirve sólo a nosotros mismos: los que nos rodean no necesitan espejos para vernos. En cierto modo, me parece acertado pensar que para cambiar nuestra imagen sea necesario cambiar los espejos en los que mirarnos, pero, el espejo no deja de ser un objeto que nos devuelve de forma totalmente objetiva nuestra imagen. Por así decirlo, nos devuelve la pelota,¡qué faena! Eso quiere decir que, en realidad, son nuestros ojos los que deben cambiar si queremos cambiar la imagen que nos devuelve el espejo -único medio que tenemos para mirarnos-. Lo malo es, que cambiar los ojos es mucho más difícil que cambiar los espejos en los que nos miramos. Se puede hacer, pero salvando las propias resistencias y desponjándonos de muchos vicios adquiridos a lo largo de nuestra historia.
Para un martes por la mañana no está mal el estrujamiento mental al que me has retado... :-)
Yo lo veo desde el punto de vista de a quién escoges a tu alrededor, cerca de ti. Si tienes a personas que suelen criticarte, quizás valga la pena revisar esa autocrítica interior, que hace que nos pareca normal que nos traten mal los de fuera. Y cuando decides cuidarte y tratarte bien, escoges otro tipo de amigos y relaciones. Que no se trata de estar buscando el halago constante (¡menudo empalago y narcisismo!), pero sí de sentir que mereces buen trato y cariño.
vaya tema para empezar mi día! Alicia y el espejo, asunto que ya es un arquetipo. para Borges, el espejo es un tema recurrente en su obra, como símbolo de ese "otro" (uno mismo) que nos mira desde allí.
vernos a través? que él nos mire? atravesarlo?
romperlo? cambiarlo?
Alicia lo cruzó para ver otra realidad, verdadera o falsa, vaya uno a saber...pero creo que hay que atravesarlo y bucear en esa otra imagen que nos espera del otro lado. y después, resolver si lo cambiamos o nos cambiamos...
9 de la mañana, cruzo el espejo y voy a trabajar. besos, luego vuelvo*
Alice: parece que hemos dicho lo mismo de formas diferentes. El verbo cuidar a mí me sugiere mucho. Cuidarse mutuamente, en una pareja o en una amistad. Cuidarse uno mismo. Cuidar a alguien desvalido o enfermo...
Imaginemos ese laberinto de espejos, en los que uno se ve a sí mismo cientos, que digo cientos, miles de veces reflejado. Por muchos reflejos que haya, siempre veremos lo que queremos ver, a menos que seamos valientes y nos miremos por dentro, sin espejo, y entonces es posible que podamos decidir si queremos cambiar de imagen o seguir como estamos.
¡Ay, Enric, menudos ejercicios mentales nos haces!
Si te recomienda Rayuela es porque tienes algo interesante y que merece la pena leer. De ahí mi visita.
no sé parece un círculo vicioso. estaba convencida de que la imagen que nos devuelve el espejo es lo que nosotros queremos ver en ese momento, nuestro autoconcepto y autoestima, pero no había pensado que tal vez para confeccionar y formar el concepto/espejo antes los demás deben de haber depositado los materiales suficientes para que se elabore un buen producto... la infancia y sus momentos imprescindibles... no sé...
Está buena tú metáfora. Cambiar por dentro, el espejo interior. Aquello que lleva años formándose, que ha pasado una infancia, una adolescencia, una juventud... . . . . . .. Vamos perfilando y quitando liscas aquí y allá, pero el espejo es cada vez más de Zara, de Duti, bueno pues, la crisis no está para muchos cambios pero debemos de mirar dentro a ver si encontramos nuestra condición humana impuesta desde no se sabe bien, dónde.
12 comentarios:
Gracias Enric por el detalle. Muy buena la paradoja.
En el fondo, el espejo es un objeto que nos sirve sólo a nosotros mismos: los que nos rodean no necesitan espejos para vernos. En cierto modo, me parece acertado pensar que para cambiar nuestra imagen sea necesario cambiar los espejos en los que mirarnos, pero, el espejo no deja de ser un objeto que nos devuelve de forma totalmente objetiva nuestra imagen. Por así decirlo, nos devuelve la pelota,¡qué faena! Eso quiere decir que, en realidad, son nuestros ojos los que deben cambiar si queremos cambiar la imagen que nos devuelve el espejo -único medio que tenemos para mirarnos-. Lo malo es, que cambiar los ojos es mucho más difícil que cambiar los espejos en los que nos miramos. Se puede hacer, pero salvando las propias resistencias y desponjándonos de muchos vicios adquiridos a lo largo de nuestra historia.
Para un martes por la mañana no está mal el estrujamiento mental al que me has retado... :-)
Alice. Mi abuela me decía...
Todo tiene su tiempo, no aceleres la lluvia.
Besos
Yo lo veo desde el punto de vista de a quién escoges a tu alrededor, cerca de ti. Si tienes a personas que suelen criticarte, quizás valga la pena revisar esa autocrítica interior, que hace que nos pareca normal que nos traten mal los de fuera. Y cuando decides cuidarte y tratarte bien, escoges otro tipo de amigos y relaciones. Que no se trata de estar buscando el halago constante (¡menudo empalago y narcisismo!), pero sí de sentir que mereces buen trato y cariño.
Eso me ha inspirado tu entrada, Enric.
Besos
Ves, Elvira: "decides cuidarte", es lo mismo que decir "cambiar tus ojos".
Besitos,
vaya tema para empezar mi día!
Alicia y el espejo, asunto que ya es un arquetipo.
para Borges, el espejo es un tema recurrente en su obra, como símbolo de ese "otro" (uno mismo) que nos mira desde allí.
vernos a través?
que él nos mire?
atravesarlo?
romperlo?
cambiarlo?
Alicia lo cruzó para ver otra realidad, verdadera o falsa, vaya uno a saber...pero creo que hay que atravesarlo y bucear en esa otra imagen que nos espera del otro lado.
y después, resolver si lo cambiamos o nos cambiamos...
9 de la mañana, cruzo el espejo y voy a trabajar.
besos, luego vuelvo*
Alice: parece que hemos dicho lo mismo de formas diferentes. El verbo cuidar a mí me sugiere mucho. Cuidarse mutuamente, en una pareja o en una amistad. Cuidarse uno mismo. Cuidar a alguien desvalido o enfermo...
Besos a toda la concurrencia
Imaginemos ese laberinto de espejos, en los que uno se ve a sí mismo cientos, que digo cientos, miles de veces reflejado. Por muchos reflejos que haya, siempre veremos lo que queremos ver, a menos que seamos valientes y nos miremos por dentro, sin espejo, y entonces es posible que podamos decidir si queremos cambiar de imagen o seguir como estamos.
¡Ay, Enric, menudos ejercicios mentales nos haces!
Besos a tod@s ;D
Si se trata sólo de la imagen exterior... sin duda.
Un beso!!
Si te recomienda Rayuela es porque tienes algo interesante y que merece la pena leer. De ahí mi visita.
no sé parece un círculo vicioso. estaba convencida de que la imagen que nos devuelve el espejo es lo que nosotros queremos ver en ese momento, nuestro autoconcepto y autoestima, pero no había pensado que tal vez para confeccionar y formar el concepto/espejo antes los demás deben de haber depositado los materiales suficientes para que se elabore un buen producto... la infancia y sus momentos imprescindibles... no sé...
un saludo
Está buena tú metáfora. Cambiar por dentro, el espejo interior. Aquello que lleva años formándose, que ha pasado una infancia, una adolescencia, una juventud... . . . . . .. Vamos perfilando y quitando liscas aquí y allá, pero el espejo es cada vez más de Zara, de Duti, bueno pues, la crisis no está para muchos cambios pero debemos de mirar dentro a ver si encontramos nuestra condición humana impuesta desde no se sabe bien, dónde.
Saúdos, e bon día pola túa terra.
Cambiar nuestras miradas en los ojos del otro, y hacer introspección rompiendo los espejos.
Besitosss, maestro!!
Y así salir del laberinto que nos protege y esclaviza.
Gràcies.
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