martes, 24 de febrero de 2015

Un gesto de sirena...

Foto: Àngel S. Martínez



XXV
  
Y un sueño en ese espejo el pescador,
un sueño de sirena de la sal
de voz de la sirena resonando,
de voz de la sirena de su voz,
de voz de la sirena…


Es otro el sinsentido de los sueños
de espejos, de sonidos, de reflejos,
de viajes, de virajes, de caminos,
de estelas ya trazadas en la mar,
de estelas y su trazo…


Y un sueño en ese espejo el pescador
y en su mano un cristal y un espejo
de reflejos, de mundos, de imágenes,
de voces de la voz en espiral,
de voces de la voz…


lisi nol, nul nul se,
liri son, nul nul se,
lili sol, nul nul se,
lisi nol,
liri son,
lili sol,
si nul mar…



Persigue aquella voz  el pescador
y en su mano un cristal o una estrella
o un resto de la sal de la sirena,
sirena repetida en ese espejo,
sirena de la sal…


Entonces esa estatua de sirena
se gira con un gesto prolongando
su mirada serena de sirena,
sus ojos bien fijados en la orilla,
puerto donde recala el pescador,
y en este instante eterno y extendido,
en este instante eterno,
este instante en silencio y absoluto,
en este instante eterno,
este instante repleto en el vacío
en este instante eterno,
en este instante único escogido,
en este instante eterno,
los ojos que se miran fijamente
y el eco de las voces de la voz
y el olor de la sal que impregna todo
y el gusto en la saliva de la lengua
y la capa de escamas de la piel
y el tiempo en el espejo capturado
y el tiempo en el espejo detenido
y el tiempo reflejado en espiral…


La sirena mirando al pescador
y en su mano un cristal o una estrella…

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