sábado, 21 de agosto de 2010

Cartografía 2.0.

"[...]

Al margen de lo que podríamos considerar como unas prácticas
cartográficas hegemónicas, minoritarias, elitistas, al servicio del
poder y/o de la ciencia, en las que el mapa funciona como un
instrumento creado por profesionales de acuerdo con protocolos
altamente definidos y con un relativamente restringido programa de
usos y finalidades; también han existido otras cartografías
alternativas: heterogéneas, radicales, tácticas, ciudadanas,
participativas, colaborativas, ambiguas, abiertamente subjetivas,
cotidianas.

[...]

Impulsados por colectivos e individuos que pueden enmarcarse, según el
caso con mayor o menor facilidad, en ámbitos como el de las prácticas
artísticas, los movimientos sociales, el activismo ciudadano, la
academia, pero también (o además) en forma de iniciativas
empresariales de todo tipo y en contextos puramente domésticos, en los
últimos años hemos visto emerger numerosas prácticas que a partir del
uso del mapa están produciendo nuevas percepciones de la ciudad y, de
algún modo, le devuelven al mapa una capacidad para construir
narrativas que durante los últimos siglos había ido deteriorándose.

[...]

(...) la inflexión más sustancial parece haberse producido
precisamente en lo que respecta al desarrollo de las que hemos llamado
prácticas cartográficas alternativas, a través de la adopción por
parte de éstas de recursos y herramientas que en la era pre-digital
eran accesibles únicamente en contextos profesionales, científicos y
por tanto altamente acotados. Es precisamente a partir de las
prácticas en torno al mapa que emergen en la vida cotidiana desde
donde surgen conceptos tales como el de neogeografía, que no hacen si
no repensar al mismo tiempo las actividades cartográficas
profesionales y sugerir una cierta crisis de las mismas.

[...]

los lanzamientos de Google Maps y Google Earth han supuesto un punto
de inflexión en la capadidad de acceso y manipulación de información
geográfica por parte de los usuarios y simbolizan la “liberación” de
una serie de prácticas y actividades que, por diversos motivos, habían
permanecido históricamente accesibles tan sólo a colectivos reducidos
y altamente endogámicos, y que mayoritariamente habían sido ejercidas
desde el ámbito profesional. Esta superación del número de personas
interesadas en Google Maps en relación con el número de personas
interesadas en los sistemas de información geográfica redefine el
estatus de la cartografía en cuanto a práctica de la vida cotidiana.

Es en este escenario donde se empieza a hablar de una transformación a
gran escala de las prácticas cartográficas y de la geografía en
general –dada la relevancia del mapa para esta disciplina científica–,
para unos amenazada por la “rebelión de los legos” y según otros
enriquecida por una “liberación” de la información geográfica, que es
adaptada ahora a nuevos contextos que se alejan de metodologías
científicas y protocolos profesionales y que se guían por objetivos
muy diferentes a los de las minorías que habían tenido el acceso en
exclusiva a los recursos e información, abriendo así el espectro de
usos que se dan al mapa en la vida diaria.

[...]

frente a las aplicaciones de Google y a los mashups generados por los
usuarios a partir de su API de libre acceso, el proyecto que realmente
encarnaría un modelo paradigmático de incorporación de los principios
y lógicas de la Web 2.0 y el código abierto al ámbito cartográfio
sería Open Street Map, en la medida en que en este proyecto los
usuarios no se limitan a localizar elementos sobre una representación
del territorio – generando una capa de información superpuesta a la
información proporcionada por Google– si no que son los propios
usuarios los que construyen el mapa, generan por tanto el contenido en
sus totalidad y dejan así de estar supeditados a los intereses de una
macrocorporación que puede reflejarse por ejemplo en el borrado
selectivo de construcciones en determinadas zonas.

[...]

La ciudad contemporánea está cada vez más caracterizada por un aumento
de espacios mixtos o híbridos en los que elementos materiales y flujos
de información (en su mayoría invisibles) convergen. Más que nunca, el
mapa se convierte así en un instrumento orientado a la visualización
de fenómenos invisibles o que simplemente son de naturaleza no visual.

[...]"

Texto completo: Juan Freire: Prácticas cartográficas cotidianas en la
cultura digital [Razón y Palabra]

http://nomada.blogs.com/jfreire/2010/08/prcticas-cartogrficas-cotidianas-en-la-cultura-digital-razn-y-palabra.html

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