Foto: Àngel S. Martínez
XV
Hay tiempo que no tiene vuelta atrás,
empieza en un momento y es entonces…
Y si andas y desandas con motivo,
y si andas y desandas con sentido,
y si andas y desandas,
te impulsa tu arrebato y decisión…
Las gemas una a una desprendiéndose
del monte, del montículo de arena,
del templo de la arena edificado,
del templo de la arena transmutado,
del templo de la arena,
del templo de la arena de la mar.
Dos dedos se deciden:
los dedos de
miradas de las manos,
los dedos que
deciden hacer pinza,
el gesto más antiguo
de las manos.
Las manos, las miradas y los dedos
de dedos de miradas
de las manos.
Dos dedos se deciden:
la mar y las miradas y los dedos
de sal de los
cristales de la halita
deciden el momento,
han decidido
la arena y el
paisaje
de la imaginación
aparecido.
Dos dedos se deciden
y el tiempo ya no tiene vuelta atrás,
y el tiempo que es el de antes y el de ahora
es tiempo perpetrado en el espacio,
es tiempo perpetrado en espiral.
Dos dedos se deciden.
Dos dedos se deciden
y el tiempo modifica en el espacio
el mundo que se ha andado y desandado,
la vida que se vive y que se muere
que empieza en un momento y es entonces
la vida decidida en arrebato
que es vida del ensueño en la razón
que es sueño de la vida y de la muerte
que es vida palpitando dedo a dedo…
Dos dedos se deciden:
las yemas de los dedos se deciden.
Dos dedos se deciden:
el pulso de las yemas de los dedos.
Dos dedos se deciden:
dos dedos sosteniendo el corazón.
Dos dedos se deciden,
dos dedos descartando encrucijadas,
dos dedos escogiendo este camino.
Dos dedos se deciden,
dos dedos se deciden,
dos dedos se deciden…
2 comentarios:
Sí a esos dedos, al cambio que ya es hora. Ya está bien de vuelta atrás, que eso lo hacen sólo los cangrejos. Las sirenas anuncian el futuro.
La voz de la sirena ya te ha oído...
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